No es fácil la detección de problemas en el habla o en el lenguaje entre los menores, puesto que cada niño o niña tiene un patrón de madurez, desarrollo y de adquisición de habilidades psicomotrices o intelectuales diferentes. Es decir, aunque hay parámetros e hitos de normalización de algunas competencias por edad, lo cierto es que por lo general cada niño o niña tiene su propio ritmo. Así ocurre con el lenguaje y el habla, que cada menor es un mundo. No obstante, la observación puede determinar diversas dificultades que en cualquier caso debe ser confirmada por un experto.
Existen algunas pautas que pueden servir de alarma cuando nuestro hijo o hija, no acaba de alcanzarlas. Por ejemplo, se entiende que existe un motivo de alarma cuando el menor no sigue instrucciones básicas a los 12 meses, o cuando a los 24 meses no formula frases de dos palabras con un sustantivo y un verbo. Se considera como parámetro normalizado que el menor de 12 meses ya use tres palabras, y a los 24 meses disponga de un vocabulario de al menos 50 palabras. Aunque esto está en función de la evolución de cada uno de los menores, ante la duda, recurrir a un experto puede ser una excelente opción. Este experto en la detección y en el tratamiento son los logopedas, hombres y mujeres específicamente preparados para atender determinados problemas del menor en estos aspectos.
En Instituto Alcaraz abarcamos tres áreas que clasifican los trastornos del lenguaje, entre ellas:
Trastornos del Aprendizaje.
Son problemas a nivel neurológico que se confunden en muchas ocasiones como un niño con dificultades en el ámbito escolar, incluso se les tilda de perezoso o de sufrir limitaciones intelectuales para abordar determinadas materias del currículo escolar. Este encasillamiento genera un retraso en el diagnóstico y su tratamiento, como una pérdida de autoestima, motivación e interés en el menor que – con el tiempo – se hace más difícil revertir.
Pero lo cierto es que tras estos casos, lo más común es que sufra dislexia, discalculia o disgrafía. La dislexia es una dificultad para entender las letras y asociarlas a los sonidos. Ello se traduce en dificultades para la comprensión lectora, confunde el orden de las letras, lo que se traduce en muchas ocasiones en dificultades para la expresión verbal, la ortografía y la capacidad de aprender.
Algo similar ocurre con los niños con discalculia, que en este caso se produce cuando el problema se genera en la comprensión de conceptos matemáticos básicos como los números, contar, cálculos sencillos u ordenar de mayor a menor.
La disgrafía también se incluye en este tipo de trastornos, y hace referencia las dificultades en escribir con claridad, hacerlo más lento, mezclar mayúsculas con minúsculas lo que genera una mala ortografía y una escritura ilegible.
Trastornos del Desarrollo del Lenguaje, habla y voz.
En este caso se trata de trastornos funcionales que, por lo general, se corrigen con entrenamiento, práctica y la ayuda profesional de un logopeda. Las más comunes son la dislalia, disfemia y disfonía.
La dislalia es una alteración en la articulación de alguno sonido de los fonemas, en algunos casos porque no son posibles generarlos y en otros porque se realizan de manera incorrecta. La ‘r’ en su forma en castellano suele ser el fonema más común. Estos problemas pueden solventarse con mayor facilidad cuando antes son tratados.
La disfemia se manifiesta como una clara tartamudez, fruto de la descoordinación a la hora de articular sonidos, palabras o frase completas. La disfonía es la pérdida de la voz o del timbre normal como consecuencia de una disfunción orgánica en la laringe.
Trastornos de Comunicación.
Englobamos dos situaciones diferentes, como son el Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), con características muy concretas; y el Trastorno del Espectro Autista (TEA), que influye en la capacidad de comunicarse pero que tiene otras connotaciones diferentes y afecta a otras capacidades del diagnosticado. El TEL se manifiesta como una grave dificultad para articular oraciones, aprender palabras nuevas y problemas de comprensión del lenguaje oral.