¿Qué es la ansiedad infantil? ¿Cuándo podemos hablar de que existe un trastorno de ansiedad? ¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestros hijos a superarlo?

La ansiedad es una reacción fisiológica natural de los seres humanos ante un peligro o amenaza. Ante este tipo de situaciones, nuestro cuerpo se pone en alerta de forma preventiva y nos prepara para afrontarlas, evitarlas o huir de ellas. La niñez y la adolescencia es un periodo especialmente sensible a la aparición puntual de la ansiedad en diversas etapas evolutivas, debido a los cambios físicos y emocionales que se viven.

Sin embargo, debemos saber distinguir la ansiedad sana y puntual de la ansiedad patológica, que es la que se produce sin causa justificada o de forma desproporcionada e irracional.

 

¿Qué es el trastorno de ansiedad infantil?

Es normal que nuestro hijo pase por momentos evolutivos en los que desarrolle un miedo puntual a la oscuridad, a la muerte o a hablar en público. Lo que debe preocuparnos es que este miedo se convierta en algo recurrente, que el niño sea incapaz de superar y que le provoque además síntomas físicos y psicológicos como intranquilidad, dolor torácico o de cabeza, pérdida de apetito o de sueño.

Hablamos de trastornos de ansiedad infantil cuando tenemos peques que sufren terriblemente cada vez que se separan de sus figuras de apego, que desarrollan fobias específicas que afectan a su vida diaria o que son incapaces de decir una sola palabra ante extraños, por poner algunos ejemplos.

La ansiedad infantil es uno de los trastornos psicológicos más frecuentes, con una prevalencia que diversos estudios sitúan entre el 9 y el 21%. La buena noticia es que se trata también de uno de los trastornos con más posibilidades de curación. Los tratamientos cognitivo conductuales, acompañados en casos extremos con medicación, dan resultados positivos en el 90% de los casos.

El pronóstico es mucho mejor cuanto antes se diagnostique, por lo que es importante estar atentos a los síntomas y acudir a un profesional si sospechamos que podemos estar ante un trastorno de ansiedad infantil.

 

 

Cómo se manifiestan los trastornos de ansiedad en los niños: tipos

La mayoría de los diagnósticos de trastornos de ansiedad en niños por parte de profesionales se producen a partir de la observación por parte de los padres y pediatras de una serie de síntomas clínicos físicos o de alteraciones del comportamiento. Los más frecuentes son dolores de cabeza y de tórax, problemas de sueño, falta de apetito, nerviosismo o incapacidad de concentrarse, inhibición, tristeza o llanto incontrolable.

El diagnóstico parte de la vinculación de estos síntomas a un hecho o circunstancia concretos, que son la causa de la aparición de la ansiedad. En ocasiones es evidente la causa efecto, pero en otros casos no lo es tanto.

 

 

Los principales tipos de ansiedad en niños son:

Ansiedad por separación: Es el miedo intenso e incontrolable a separarse de las figuras de apego, más allá de los 3 años. Son niños que no quieren quedarse solos en casa, ni ir a la escuela, ni acudir a fiestas o reuniones en las que no estén estas figuras, generalmente sus padres. Les cuesta dormir solos. Pueden sufrir crisis de llanto y dolores físicos ante la amenaza de una separación y se retraen cuando están con desconocidos.

Fobias específicas: Las fobias son miedos hacia algo concreto, como la oscuridad, la muerte o viajar en coche, por ejemplo. Todos los niños pasan por momentos evolutivos puntuales en los que desarrollan determinados miedos. El problema es cuando persisten, se intensifican y empiezan a interferir en el normal desarrollo de su vida diaria.

Fobia social: El síntoma más evidente de la fobia social es la tendencia del niño a evitar el contacto con los desconocidos de cualquier tipo. Va más allá de la timidez. El niño es incapaz de interactuar y se siente angustiado cuando le obligan a hacerlo.

Fobia escolar: Es el miedo irracional a ir al colegio. Los niños pueden llegar a desarrollar síntomas físicos para evitar tener que pasar por la situación que les angustia.

– Mutismo selectivo: Es la incapacidad de hablar en determinada situación social, cuando el niño es perfectamente capaz de hacerlo en otras.

Trastorno de ansiedad generalizada: Cuando la angustia es generalizada, persistente y no obedece a un motivo concreto.

 

 

Cómo tratar los trastornos de ansiedad infantiles

En este punto debemos distinguir entre lo que pueden y deben hacer los padres o tutores del niño y los tratamientos clínicos que existen desde el punto de vista de la psicología y la psiquiatría.

En casa, nuestro papel más importante es la prevención. Se sabe que en los trastornos por ansiedad confluyen varios detonantes, entre los que se encuentran la genética, pero también el ambiente y el entorno educativo. El desarrollo de una autoestima fuerte es fundamental para evitar que aparezcan estos trastornos.

Para ello, debes fomentar la autonomía de tus hijos, invitarles a expresar y evaluar sus emociones y enfrentar sus miedos (cuando todavía no son patológicos). Valora sus éxitos, no les sobreprotejas, ponles límites y demuéstrales que tu amor es incondicional, pase lo que pase. Te recomendamos leer el post  de las 5 claves para fomentar la autoestima en niños.

Una vez que sospechamos que existe un trastorno de ansiedad, lo mejor que podemos hacer es ponerlo en manos de profesionales. Es importante diagnosticarlo bien y a tiempo.

Los tratamientos pasan por terapias cognitivo conductuales, trabajo con la familia y el entorno y, sólo en los casos más graves o agudos, tratamiento farmacológico siempre bajo vigilancia médica.

 

 

Te resumimos las claves sobre el trastorno de ansiedad infantil:

– Qué es: Es la angustia o el miedo excesivos y recurrentes ante determinadas circunstancias o amenazas, reales o imaginadas que afecta a la vida y el desarrollo normal de los niños.

– Cómo se manifiesta: Algunas de sus manifestaciones son los dolores físicos de cabeza o tórax, falta de sueño o apetito, tristeza o llanto incontrolado, inquietud y nerviosismo, apatía, falta de atención, reacciones desmesuradas ante determinados estímulos o situaciones, incapacidad de realizar determinadas actividades que se consideran normales o habituales.

– Qué podemos hacer: Como padres o tutores, la prevención es clave. Intentemos que nuestros hijos crezcan con una autoestima fuerte y démosles herramientas para enfrentarse a sus miedos. Seamos su ejemplo. Cuando sospechamos que existe un trastorno de ansiedad, lo mejor es contactar con un especialista. Los tratamientos cognitivo conductuales son muy efectivos.

¿Conoces la ansiedad infantil? ¿Crees que puedes tener un caso cerca? Cuéntanos tu experiencia.

 

 

Sheila Alcaraz

Psicóloga Infantil

 

 

 

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