Muchos padres nos hacemos esta pregunta: mi hij@ es un poco torpe, se cae cada dos por tres andando, ¿Es normal?. Desde que ha empezado a andar no para de caerse: «va lleno de morados y de chichones», » estoy pensando en ponerle un casco». Pero ¿todo esto es normal?, ¿le ocurre a otros niños? Hoy nuestra fisioterapeuta infantil de Instituto Alcaraz, Marina García, nos resuelve estas dudas.

«Esta es una de las preocupaciones más habituales que nos encontramos en consulta de fisioterapia sobre todo con niños de entre 1 y 2 años.

Aunque existen tablas orientativas para ver qué es lo “normal” en cuanto a ítems evolutivos y tiempos, debemos tener muy claro que cada niño es un mundo. Lo natural es que camine cuando esté preparado para ello, ni antes ni después. Y eso dependerá de múltiples factores como anatomía, tono muscular, estimulación recibida, habilidades adquiridas, entorno…

También deberemos tener en cuenta que no es lo mismo dar los primeros pasos que caminar.

Cuando dan los primeros pasos entre los 11-15 meses (mes arriba mes abajo), parece que van borrachitos. Avanzan con las piernas muy abiertas buscando mayor equilibrio y caen con mucha frecuencia. Deben practicar mucho (y caerse) hasta lograr caminar con destreza. Al principio es realmente difícil calibrar la fuerza, calcular la distancia y frenar en el momento exacto. Se requiere entre otras cosas coordinación, equilibrio, fuerza y por supuesto, tener la intención de llegar a un objetivo.

Desde los primeros pasos a realmente llegar a caminar varios metros con soltura pueden pasar uno o dos meses y durante ese tiempo caerse mucho podría ser lo normal pero igualmente deberíamos tener en cuenta otros factores. Otras veces también ocurre que pese a haber “entrenado” durante un par de meses desde que empezó a soltarse solit@ las caídas continúan siendo muy frecuentes.

¿Qué factores deberemos tener en cuenta y valorar para poder decir si es normal o no que se caiga tanto?

  • Edad del niñ@.
  • Desde cuándo camina.
  • Cuándo comenzó a dar sus primeros pasos.
  • Frecuencia de las caídas
  • Si gateó o no, si realizó rastreo, si se desplazaba de alguna otra forma antes.
  • Dónde se cae más habitualmente (en la calle, en casa, en el parque…).
  • Si usó tacatá o jumper (saltarín).
  • Qué calzado usa el niño.
  • Si hace “W” sitting.
  • Deberemos valorar sus pies, alineación de sus piernas, torsión tibial, tono muscular, etc.

Todo ello (entre otras cosas) puede influir en la adquisición de la marcha bípeda.

Tal vez sí sea normal esa torpeza al caminar pero podría ser el resultado de algún otro problema menos visible que a la larga posiblemente generará mayores dificultades.

Por todo ello lo más indicado sería consultar con un fisioterapeuta que pueda valorar todos estos factores y determinar si es normal o no lo es y poder orientar con pautas a la familia y si es necesario realizar un tratamiento»

 

Marina García

Fisioterapeuta Infantil

 

 

 

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies