Esta semana se celebra el Día del Padre y queremos aprovechar la ocasión para reflexionar sobre la figura paterna y el enorme cambio que ha experimentado en las últimas décadas.

Aunque las madres siguen siendo las principales cuidadoras y figuras de apego, lo cierto es que los padres se están poniendo las pilas cada vez más.

Los padres del siglo XXI, establecen relaciones más cercanas con sus hijos, se implican en la crianza y se niegan a ser simples soportes y espectadores.

Los padres del siglo XXI son los que han dado mayores pasos en busca de la igualdad y la corresponsabilidad en el cuidado de los hijos y tienen el mérito de haberlo hecho sin tener referentes.

Es decir, la mayoría de los padres que hoy se implican en la crianza al máximo no vivieron esta misma situación en sus casas. Sus figuras paternas fueron bastante diferentes.

Evidentemente, hay casos y casos, pero la tendencia es clara. Los padres del siglo XXI no están dispuestos a perderse la infancia de sus hijos.

Hasta hace un par de décadas, era algo insólito encontrarse con padres acompañando a sus hijos al colegio, al médico o asistiendo a las reuniones escolares.

Tampoco estaban muy acostumbrados a cambiar pañales, hacer biberones o preparar desayunos, comidas y meriendas. Hoy en día, cada vez son más los padres que viven estas situaciones con total normalidad, en la medida en la que sus trabajos (luego hablaremos de esto) se lo permiten.

Esta implicación de la figura del padre en la crianza y la educación de los hijos es muy positiva para el desarrollo de los niños, a nivel afectivo, emocional y psicológico.

Los niños del siglo XXI que tienen la suerte de contar con referentes de igualdad y corresponsabilidad lo tendrán mucho más fácil para trasladar este esquema a sus propios hijos en el futuro.

 

¿Cómo son los padres del siglo XXI?

Padres presentes, corresponsables, sensibles y flexibles. Padres implicados en la crianza de sus hijos, que están atentos a sus necesidades y que, como las madres, aprenden sobre la marcha a educarlos de la mejor manera posible.

Así son los padres del siglo XXI, al menos en su mayoría.

 

Los padres de hoy en día empiezan a tener claros conceptos como:

Corresponsabilidad:

Hoy en día, a casi todos nos parece evidente que debe haber una corresponsabilidad de padre y madre en la educación y la crianza de los hijos, aunque no siempre se practique al 100%.

Esta corresponsabilidad da como resultado padres encantados de pasar tiempo con sus hijos, acompañarlos en los momentos importantes de sus vidas y también en los ratos de juego.

Padres que llevan a sus hijos al médico, que asisten a las reuniones del colegio, que pasan la tarde en el parque.

Padres que conocen a los amigos de sus hijos y a sus profesores, que cambian pañales y preparan comidas.

Padres, también, que se preocupan por la educación de sus hijos, que se informan y se implican para hacerlo lo mejor posible a todos los niveles.

Padres que disfrutan de la esfera de lo privado tanto como de su vida profesional y pública.

Sensibilidad frente a autoritarismo

Los padres del siglo XXI muestran sus sentimientos y se comunican abiertamente con sus hijos, sin tabúes ni complejos.

Entienden que la firmeza nada tiene que ver con el autoritarismo. Se implican y educan a través del respeto y la confianza, no del miedo.

 

Los retos de los padres del siglo XXI

Son muchas las madres que no lo tienen fácil para conciliar la vida familiar y la laboral. Pero lo cierto es que la sociedad tampoco se lo pone fácil a los padres.

Estos son algunos de los retos a los que se enfrentan a la hora de ejercer una paternidad consciente.

El trabajo y el sistema

Hoy en día, aunque resulte triste, está bastante peor visto que un padre falte al trabajo para quedarse en casa con su hijo enfermo o llegue más tarde para llevarle al médico, que si lo hace su madre.

Las empresas tampoco están acostumbradas a aceptar que los padres se pidan reducciones de jornada para criar a sus hijos cuando son pequeños, aunque cada vez son más los que las solicitan.

El sentimiento de exclusión en los primeros años

Hay algo de lo que no se habla mucho, pero que es bastante frecuente. Se trata del síndrome de exclusión que sienten muchos padres cuando nacen sus hijos.

La dependencia que tienen los bebés hacia sus madres y el vínculo especial que existe entre ellos hacen que los padres sientan a veces que no acaban de encajar en esa nueva realidad. Les cuesta encontrar su sitio.

Además, muchos sienten que tienen menos competencias a la hora de cubrir las necesidades de un recién nacido.

Conforme el bebé crece, sin embargo, tener cerca al padre como segunda figura de apego es estupendo para su desarrollo psicológico y emocional.

Poco a poco los bebés se van separando más de sus madres y aceptando a más personas en su entorno. Es aquí cuando la figura del padre consciente y atento es tan beneficiosa.

La falta de referentes

Muchos de los padres de hoy en día han crecido con aquello de ‘los chicos no lloran’ y jamás han jugado con cocinitas ni con muñecas.

No han tenido en su infancia referentes de igualdad y corresponsabilidad y nadie les ha ‘preparado’ para ejercer una paternidad consciente y presente.

Por eso tienen más mérito los que han conseguido superar los esquemas con los que han crecido y se han dado cuenta de que ese no es el camino.

Los niños de hoy en día, que han crecido en otras circunstancias muy diferentes, con modelos familiares más igualitarios, lo tendrán más fácil en el futuro para repetir y mejorar esos modelos con sus propios hijos.

Y tú, ¿qué tipo de padre eres? O ¿qué tipo de padre tiene tu hijo? Comparte tus experiencias y conversamos

Estefanía Alcaraz

Psicóloga Infantil

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