Muchos padres vienen a consulta a preguntarme ¿Son agresivos todos los niños con TEA, o sólo es el mío?
A menudo los padres de un niño diagnosticado con un Trastorno del Espectro Autista (TEA) se encuentran con que tienen que lidiar, no sólo con los problemas propios de trastorno, sino también con el mal comportamiento de sus hijos tanto para con ellos, como para su entorno.
Tenemos que entender que los niños con un trastorno del Espectro Autista (TEA) tienen problemas para comunicarse verbalmente y a menudo expresan sus necesidades, frustraciones o miedos a través de su comportamiento.
Para un niño con TEA,
el comportamiento es otra vía de comunicación.
Es frecuente que un niño con TEA pierda el control cuando se enoja, sobre todo si no está en tratamiento, o si estamos al inicio del mismo y aún no tiene las herramientas necesarias, o si se encuentra en un entorno estresante para él.
Algunos niños pueden llegar a arrojar objetos e incluso agredir a quienes les rodean durante el desarrollo de la rabieta.
Este tipo de conductas suelen ser más frecuentes a edades tempranas y se van distanciando, tanto en frecuencia, como en magnitud, a medida de que el niño crece y madura. Lo que nos sugiere que el aprendizaje y el crecimiento ayudan a mejorar y moldear el comportamiento infantil.
¿Los niños con TEA son Rebeldes?
Un niño con tea puede parecer rebelde, desafiante o agresivo, en sus momentos de más tensión, sin embargo es importante entender que estos niños no reaccionan así de forma intencionada. Es importante entender y hacerle entender a su entorno que todo es parte del trastorno neurobiológico que padecen y que afecta a la estructura de su cerebro.
¿Porque mi niño con TEA es agresivo?
Es verdad que el autismo en sí no causa comportamientos agresivos o desafiantes en los niños y que no todos desarrollan este tipo de conductas ante situaciones extremas. Sin embargo, algunas condiciones neurobiológicas, propias del trastorno, aumentan la propensión que estos niños tienen a desarrollar conductas negativas.
Generalmente la causa de que estos niños se muestren irritables, agresivos o que reaccionen de forma abrupta se debe a que se sienten inseguros en el entorno donde se encuentran, que se sientan frustrados porque algo no ha salido como esperaban o se sientan incómodos en entornos demasiados ruidosos o abarrotados de personas.
El mal comportamiento que presentan también se debe a la frustración e incapacidad que ellos sienten al no poder controlar la situación; lo cual les genera una gran ansiedad que expresan gritando, dando golpes, tirando objetos o agrediendo a los demás.
¿Es posible controlar el comportamiento de un niño con TEA?
A igual que un niño neurotípico, los niños con TEA también aprenden de sus experiencias, y en ocasiones ellos han aprendido que esas “malas conductas” son una vía de escape rápido a las situaciones incómodas. Muchos niños con TEA han aprendido que los gritos y las conductas agresivas los alejan de un entorno estresante.
Para evitar esos brotes de rabia y frustración es necesario darle herramientas al niño para que aprenda a salir de esa situación que le perturba sin recurrir a conductas negativas.
Es necesario que previamente trabajemos con el niño técnicas de autocontrol, que le ayudemos a desarrollar la capacidad de relajarse en momentos de angustia para poder enfrentar la situación calmadamente.
Técnicas para fomentar el Autocontrol
Hay muchas técnicas para fomentar el autocontrol. Dependiendo de la personalidad de cada niño, unas funcionan mejor que otras. Algunas de las técnicas más usadas y que pueden contribuir a evitar esos brotes de mal comportamiento son:
- La respiración diafragmática; el contar hasta diez cuando me siento alterado.
- La rueda de las opciones; acordar con el niño de antemano salidas a situaciones difíciles.
- La técnica de parada del pensamiento: Para, Toma un respiro, Observa y Procede (actúa). Se denomina Stop por sus siglas en ingles: Stop, Take a break, Observe, Proceed.
- Practicar yoga, meditación… etc.
Puedes consultar con el terapeuta del niño, que sabrá orientarte y darte las mejores técnicas para su caso en particular.
Ayudar a un niño con TEA en una situación de estrés
Cuando la situación se presente y veas que tu hijo está alterado; lo primero es descubrir la causa del mal comportamiento del niño. Habla con él, pregúntale por sus motivos y razones. Ayúdale a que verbalice sus emociones y a hacer que él mismo las entienda.
Nunca menosprecies sus sentimientos, evita frases como “eso no es nada” o “no tienes que sentirte así”. Valida sus emociones, muchas veces no son los padres sino el entorno los que no entienden la importancia y la dificultad que tiene para un niño con TEA el manejo de las emociones y caen en errores como ese, tratando de “tranquilizar” al niño.
En todo caso, lo más importante es que tanto tú como tu niño puedan reconocer la emoción que desencadena este mal comportamiento. Una vez reconocida, lo siguiente es hacerle saber que sus necesidades son importantes y ayudarle a aplicar la técnica de autocontrol que previamente has trabajado con el niño.
Enseñar con el ejemplo
Otro consejo que siempre le doy a los padres y el entorno de un niño con TEA es que enseñen con el ejemplo. Aprovecha tus enfados para mostrarle al niño cómo lidiar con esa situación negativa.
Narra lo que ocurre, como te sientes y expresa verbalmente lo que haces para calmarte. Por ejemplo, cuando estés enfadado/a, dile: “Estoy enfadado/a, me voy a tomar un momento para calmarme, saldré a tomar el aire para sentirme mejor, voy a contar hasta diez, respiraré profundamente y luego, regresaré para abordar el problema”.
Ya has visto que una vez entendido que el mal comportamiento de un niño no TEA no es intencional, podemos abordar el problema de una manera racional y enseñarle al niño a canalizar su frustración sin que desemboque en un mal comportamiento. Los niños con TEA no son agresivos porque sí.
Los psicólogos y los padres sabemos que el trabajo con un niño con TEA es constante. Sabemos que se les plantean muchas dificultades y que los retos a los que se enfrentan van cambiando a lo largo de su vida.
Pero también sabemos que con un poco de orientación podemos ayudarle a superar sus barreras.
Sheila Alcaraz
Psicóloga Infantil
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