En un mundo ideal, las embarazadas podrían dedicar su tiempo a cuidar de sí mismas y de sus bebés, a estar tranquilas y prepararse para el enorme cambio que se avecina en sus vidas. Sin embargo, todos sabemos que es difícil que esto ocurra.
El ritmo de vida que llevamos y las preocupaciones típicas de la gestación hacen que los niveles de estrés en el embarazo estén muchas veces más altos de lo que deberían.
Si a esa base le añadimos alguna situación que nos ponga al límite, estos niveles de estrés pueden llegar a afectar a nuestra salud y la de nuestro bebé.
Por eso es realmente importante que las embarazadas intenten controlar esos niveles de estrés y los reduzcan en la medida de lo posible. Te explicamos cómo puedes hacerlo.
¿Cómo afecta a los bebés el estrés en el embarazo?
El estrés es una reacción natural de nuestro cuerpo ante una situación que nos descoloca o nos sobrepasa.
En niveles normales, es solo un síntoma que debe hacernos reflexionar, el problema es cuando se convierte en un malestar profundo y continuado que nos afecta física, emocional y psicológicamente. Más aún en una mujer embarazada.
El estrés es un estado de alerta en el que el cuerpo te avisa que debes tomar medidas respecto a lo que está pasando a tu alrededor.
Diversos estudios han demostrado la relación entre los niveles altos y continuados de estrés en el embarazo, sobre todo en el primer trimestre, con un elevado número de problemas físicos y psicológicos en sus bebés.
Se ha encontrado, por ejemplo, un incremento considerable de las posibilidades de parto prematuro, bajo peso al nacer e incluso la muerte fetal y perinatal.
Además, los niveles altos de estrés durante el embarazo se han vinculado a problemas físicos, como por ejemplo el desarrollo de alteraciones congénitas e incluso del ADN.
También se han vinculado con alteraciones cognitivas, como problemas en el desarrollo del lenguaje o una menor capacidad intelectual, y psicológicos, como trastornos de ansiedad, déficit de atención e hiperactividad.
¿Cuáles son las principales fuentes de estrés en el embarazo?
La mayoría de las mujeres atraviesan por momentos puntuales de estrés durante el embarazo, vinculados al nerviosismo por no saber si todo irá bien, el miedo al enfrentarse a las pruebas, el miedo al parto y la incertidumbre de lo que les espera. No obstante, estos picos puntuales de estrés no deben preocuparnos, salvo que se conviertan en un malestar continuado y que acaba por tener consecuencias físicas o psicológicas, tales como el insomnio, el dolor de cabeza o la ansiedad.
Más allá de las preocupaciones comunes a la mayoría de las embarazadas; el desarrollo del bebé, la preparación para su llegada etc. Encontramos que es el trabajo, el entorno social adverso y la relación de pareja, las fuentes más comunes de estrés durante el periodo gestacional.
Se tratan de circunstancias que pueden llegar a ser difíciles de manejar y controlar, que unidas a la producción de hormonas en el embarazo pueden resultar el detonante de una situación de estrés en el embarazo.
Si además a estas situaciones pueden sumárseles acontecimientos inesperados que lleven al límite a la mujer embarazada. Tales como un despido, la muerte o la enfermedad grave de un familiar o recibir un mal diagnóstico acerca del bebé que esperan. Podemos encontrarnos en situaciones muy complicadas que pueden afectar más de la cuenta a la madre y al niño y son las que mayores consecuencias negativas pueden tener para el embarazo.
Tácticas para controlar el estrés en el embarazo
Está claro que hay situaciones que nos sobrepasan a todos, estemos o no embarazados. Pero en muchos casos, tenemos la posibilidad de actuar sobre el foco que nos está produciendo el estrés o al menos aprender a enfrentarnos a él de la forma más saludable posible.
Para ello, lo más importante es, precisamente, saber distinguir bien cuál es ese foco. Qué es lo que te está provocando el estrés.
En ocasiones no nos resulta fácil darnos cuenta de que estamos estresados hasta que los niveles de estrés son tan altos que empiezan a tener consecuencias físicas o psicológicas.
Es muy importante que te conozcas y sepas identificar aquellas situaciones te causan estrés.
Por eso te recomendamos que dediques algo de tu tiempo a evaluarte, a preguntarte cada día cómo te sientes, si hay algo que te está haciendo sentir mal, por qué y qué puedes hacer para solucionarlo o enfrentarte a ello.
Para ello, vienen muy bien las técnicas de meditación y autoconocimiento.
En el caso de que detectes que hay algún foco de estrés, pero te resulta difícil huir de él, puedes intentar afrontarlo lo mejor que puedas y evitar que llegue a afectar a tu bebé mediante distintas técnicas de relajación.
El yoga para embarazadas es una disciplina estupenda para conseguir relajarte, conectar con tu bebé y además hacer ejercicio.
Mantenerte activa durante el embarazo realizando distintos tipos de ejercicio físico es estupendo para mantener a raya los niveles de estrés.
Si lo que te estresa es el ritmo de vida acelerado o no disponer de tiempo para disfrutar del embarazo o preparar la llegada de tu bebé, lo mejor es aplicar técnicas de planificación que eviten que llegues a agobiarte en exceso.
En el caso de que el estrés que sufres empiece a afectarte física o psicológicamente, lo mejor que puedes hacer es contactar con un profesional médico o un psicólogo que te ayuden a controlarlo antes de que resulte perjudicial para ti o para tu bebé.
Estrés en el embarazo: las claves
Te resumimos las claves de lo que es el estrés en el embarazo, sus causas, consecuencias y cómo gestionarlo.
- El estrés es una reacción natural ante una situación que nos descoloca o sobrepasa. Si es puntual, no deja de ser un síntoma al que prestar atención. El problema es cuando el malestar que nos genera es intenso y continuado y nos afecta física, emocional o psicológicamente.
- Está demostrada la relación entre el estrés intenso en el embarazo y multitud de problemas físicos, psicológicos, cognitivos y conductuales de los bebés.
- Es normal sentirse puntualmente estresada por la incertidumbre de si el bebé estará bien, las pruebas o el parto, siempre que no llegue a tener consecuencias físicas o psicológicas.
- El trabajo, el entorno social y las relaciones de pareja pueden ser focos de estrés intenso en el embarazo, a los que se suman a veces acontecimientos puntuales que nos sobrepasan.
- Identificar el foco del estrés e intentar ponerle remedio es lo mejor que podemos hacer. Bien sea alejándonos de él o, si no es posible, afrontándolo de la mejor manera posible. Las técnicas de meditación y de relajación, la planificación y el ejercicio físico son buenas tácticas para controlar el estrés. Cuando es agudo o continuado, debemos pedir ayuda al especialista.
¿Crees que estás sufriendo estrés en tu embarazo y temes que afecte a tu bebé? ¿Tienes alguna duda? Deja tu comentario y hablamos.
Estefanía Alcaraz
Psicóloga Infantil
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